Genética cromática
Heredo de mis ancestros del norte:
los ojos claros y el trigo en mis cabellos,
la tez blanca y en muchas ocasiones
el juicio estrecho.
De mis antepasados del sur:
el corazón grande y la sangre espesa,
el amor al arte y en muchas ocasiones
la cólera y la lujuria.
Sin desprecio
con respeto y admiración
aprendo de mis mayores.
Sucumbo ante su criterio,
ante su deseo de escalar montañas,
de besar las nubes pirenaicas.
De bajar a las profundas aguas
del océano Atlántico.
El viento de Levante
las aguas de Alborán.
En estos genes viaja la Luz,
viaja la policromía de todas las tierras
y de todos los mares.
De todos los cielos,
de los dioses inventados.
De la fragua de la carne
del odio resignado.
Yo, poeta;
hijo de la sed
y del hambre,
me declaro fruto
del azar y de la sangre.
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Febrero 2.013
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