La yema de los dedos
Acaricio tu piel
con la yema de mis dedos,
trazo instantes y esbozo secuencias
con el pincel que abrasa mi mano
y enciende tu cuerpo.
Cierro los ojos
y me dejo llevar,
mis dedos y mis manos,
descubren rincones
sin explorar,
de flora húmeda y fauna salvaje.
No satisfecho, vuelvo a recomenzar,
hago nacer una y otra vez
el deseo de dibujar.
Crear una obra maestra,
única e irrepetible.
Tu cuerpo adosado a mi mano
y mi mano trazando
con ternura y pasión
las líneas de tu geografía ancestral.
Tu figura de mujer,
elegida entre todas las figuras,
sólo ella gobierna
en el pincel de este pintor.
Toni Aznar
Derechos Reservados
Febrero 2.012
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